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Selva Central

Selva Central

Selva Central
Crédito: Foto: Ingrid Kummels

La gama de géneros musicales y dancísticos carácterística de las sociedades y culturas Asháninka y Nomatsiguenga es parte integral de la vida social, cultural y política de muchas comunidades nativas. Estos grupos originarios de la Selva Central distinguen entre otros los matikantsi que cantan los hombres tocando tambor, los maninkerentsi que cantan las mujeres cuando bailan en fila, los Sonkatantsi, piezas tocadas con las antaras amazónicas, y las canciones para el ayahuasca o kamarampi (una liana que usan los sheripiari, los chamanes, para curar). Además, las comunidades de la cuenca del río Ene han adoptado la banda de guerra, siendo este conjunto un elemento básico de las fiestas comunitarias que conmemoran los títulos de tierra, la fundación de sus comunidades nativas y de sus escuelas, y las alabanzas y música instrumental de las iglesias evangélicas Asháninka y Nomatsiguenga. Estas expresiones culturales se realizan con diferentes fines en diversos ambientes y en variados estados de ánimo: Por ejemplo, al socializar tomando masato, al curar, al practicar el culto religioso y al crear alianzas con otras comunidades nativas o en los encuentros organizados por las federaciones políticas de los Nomatsiguenga y Asháninka.

Sin embargo, la historia de la música y danza Asháninka y Nomatsiguenga, sus usos actuales, su ejecución y formas de transmitirlas son poco conocidas hasta el momento. ¿Cómo se desarrolló la música y la danza ante los cambios profundos que éstas han experimentado en el transcurso de los diversos auges extractivistas como la actual explotación de madera? También los cambios tecnológicos, la reciente apropriación de archivos MP3 reproducidos a través de celulares y equipos de sonido y la mayor difusión de géneros populares como el huayno, la chicha y la tecnocumbia han revolucionado los paisajes sonoros de la vida cotidiana, del trabajo y de las fiestas. El proyecto colaborativo Paisajes sonoros compartidos se dedica a generar más conocimiento sobre la música y danza Asháninka y Nomatsiguenga desde la comunidad misma y fomenta que los miembros de la comunidad las documenten en la actualidad y archiven sus manifestaciones. Intervienen en los paisajes sonoros una variedad de personas como mujeres, hombres, gente mayor, jóvenes, niñas y niños y personas con diferentes ocupaciones como la siembra en sus chacras, la caza y la pezca, y músicos y danzantes que pueden ser tanto expertos como aprendices, promotores culturales, maestros, o representantes políticos que promueven la música y danza Nomatsiguenga y Asháninka.